domingo, 22 de noviembre de 2015

REGLAS DE ORTOGRAFÍA Y PUNTUACIÓN

La ortografía es un conjunto de reglas que establecen cuál es la forma correcta de representar los sonidos o fonemas de una lengua por medio de letras.
La relación entre un fonema y una letra es, en principio, arbitraria, puesto que no hay ninguna razón lingüística que la determine. Esto se puede comprobar si, por ejemplo, se comparan las varias representaciones del fonema /x/ del español, que se escribe con x en el nombre de México, con j en jícama y con g en gente. Cada fonema se podría representar de manera muy variada, como lo nota uno también cuando compara las ortografías de lenguas diferentes.
La ortografía del español tuvo su origen en la escritura romana de la lengua latina, del mismo modo en que la propia lengua española fue resultado de una evolución del latín hace más de mil años. Seguramente que los primeros hispanohablantes que se interesaron por escribir su lengua no habrían de inventar un sistema ortográfico completamente nuevo, si su propia lengua no era una creación espontánea, sino una modificación gradual, y muchas veces difícil de notar, del latín. 
La ortografía es producto del interés por fijar las relaciones entre fonemas y letras de una manera uniforme, para hacer más sencilla y eficaz la comunicación escrita entre todos los miembros de la comunidad lingüística y precisamente porque, dada su arbitrariedad, podrían inventarse casi tantos sistemas de escritura como hablantes o como gustos de los hablantes hubiera. 
La ortografía del español se fijó principalmente en el siglo xviii y desde entonces se han venido haciendo algunos cambios y ajustes. El criterio principal de los autores de esta ortografía debe haber sido, además del de uniformar la escritura, el de que a cada fonema debía corresponderle una sola letra. Pero, junto a ese criterio, se tuvieron presentes el respeto y la conservación de la ortografía etimológica latina y algunos usos ortográficos que se habían generalizado en España en esa época. Esta mezcla de criterios es la razón por la cual la ortografía del español no siempre se corresponde con su fonología, lo que hace necesario establecer un conjunto de reglas que indiquen la forma correcta de representarla. 
La lengua española tiene una de las ortografías más sencillas y regulares que se conocen, sobre todo si se la compara con la del inglés o la del francés; sin embargo, por las causas señaladas, no deja de plantear problemas en casos como el de la v, que históricamente nunca ha tenido una pronunciación labiodental (a pesar de que algunas personas cultas la empleen) sino bilabial, que solamente duplica la representación del fonema /b/, o como el de las letras s, c y z que, para los mexicanos y los hispanoamericanos en general, representan el fonema /s/. (Para los hispanohablantes de la península ibérica el problema es menor, pues la s siempre corresponde a /s/, mientras la c y la z representan, salvo en Andalucía y algunas otras regiones, su fonema interdental /θ/.) Son estas dificultades las que han hecho que parezca conveniente incluir una serie de reglas de ortografía y de puntuación. El caso de la puntuación es relativamente distinto al de la ortografía, por ser sus “reglas” hasta cierto punto más flexibles y dar lugar en algunos casos a estilos particulares. La puntuación correcta es, sin embargo, una garantía para la comprensión de lo que se escribe y por ello se le debe poner una gran atención.

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